FACUA-Consumidores en Acción lamenta que PP y CiU hayan aceptado apoyar la Ley Sinde tras una simple operación de maquillaje que no altera su esencia y objetivos y continúa con la intención de dejar a los jueces en un papel menos que secundario.

FACUA considera que este enésimo intento de acabar con la esencia de Internet instaurando un nuevo tipo de censura sobre webs que no vulneran la ley está abocado al fracaso ya que chocará con los tribunales. Asimismo, advierte que es otro absurdo obstáculo, propiciado por la industria cultural, a su necesaria reconversión.

FACUA continúa recogiendo firmas por un cambio en la política cultural del Gobierno en la página web sieslegaleslegal.org. Más de 43.000 ciudadanos han suscrito ya el manifiesto Si es legal, es legal.

Al servicio de las multinacionales

Con la Ley Sinde se pretende crear un inquietante mecanismo administrativo al servicio de las multinacionales de la industria cultural para lograr lo que los tribunales les han negado hasta la fecha: el cierre de páginas web que les resultan molestas por ofrecer enlaces externos que facilitan el acceso a obras protegidas por derechos de propiedad intelectual a través de las redes P2P o servidores ajenos.

Pero FACUA advierte que numerosas resoluciones judiciales dejan claro que facilitar o publicar enlaces externos a obras no constituye una infracción de los derechos de propiedad intelectual, ya que un enlace (como éste) no equivale a la obra y por lo tanto el titular de la misma no tiene ningún derecho sobre él.

La industria cultural debe reconvertirse

FACUA recuerda que las pretensiones de las multinacionales de la cultura y los gobiernos y partidos políticos que se pliegan a sus intereses siempre chocan con la cruda realidad y el futuro sólo pasa por la reconversión de la industria cultural para adaptarse al mundo digital.

Por un lado, perseguir el intercambio no lucrativo que realizan los internautas a través de las redes P2P es legalmente inviable ya que para ello habría que invadir su privacidad y vulnerar el secreto de las comunicaciones.

Por otro, los servidores que, en muchos casos con ánimo lucrativo, alojan obras protegidas, están ubicados en países donde esto no es ilegal.

En opinión de FACUA, la única solución que puede encontrar la industria cultural a su problema es dejar de declarar la guerra a los que pretende que sigan siendo sus clientes pero se han dado cuenta de que sus precios son abusivos y su modelo de negocio un reliquia del pasado.

Insultar a los ciudadanos llamándolos piratas, intentar perseguirlos e instaurar una nueva forma de censura en Internet no es la mejor forma de recuperar clientes, señala FACUA, que pide a la industria que pase de una vez a la fase de reconversión de su modelo de negocio.

La misma reconversión que hizo en épocas anteriores cuando se extendieron otros medios de comunicación como la radio, el cine, la televisión y los distintos tipos de reproductores y grabadores domésticos.

FACUA recuerda que es una realidad incontestable que se puede ganar mucho dinero con la cultura en Internet. El problema es que hasta ahora, la industria ha pretendido entrar en la Red sin adaptarse a ella y enfrentándose a la misma.

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