Demanda contra Microsoft por los baneos de Xbox Live

lunes, 23 de noviembre de 2009

Un equipo de abogados prepara una demanda contra Microsoft por la última oleada de baneos de Xbox Live, argumentando que la compañía actuó de mala fe al esperar a llevar a cabo la misma tras cobrar las suscripciones de los superventas Halo 3 y CoD: Modern Warfare 2.

La última oleada de baneos de Xbox Live que alcanzó entre 600.000 y un millón de usuarios será motivo de querella colectiva por prácticas comerciales engañosas y mala fe según anuncia un bufete de abogados estadounidense.



Según la investigación de Abington IP, Microsoft retrasó (conscientemente) la última oleada de baneos en su servicio de juego en línea hasta el lanzamiento de Halo 3 y Modern Warfare 2 (los más exitosos del año en la 360) con el objetivo de vender mayores derechos de suscripción, juegos y consolas.


Además indican que el baneo ha afectado a otras funcionalidades de la consola como Netflix que no tienen nada que ver con la lucha contra la piratería, el argumento usado por Microsoft para los baneos.

Lo imposible: La SGAE también cobra a las tunas

Joseba Molina, presidente del Consejo Nacional de Tunas Universitarias de España, ha comentado que se vislumbra el fin de las tunas, agrupaciones de estudiantes sin ánimo de lucro, a quienes se les ha empezado a reclamar dinero en concepto de derechos de autor pese a actuar de manera gratuita.
Molina ha comentado: “en la Universidad de Deusto, en Bilbao, cuando se ha organizado un certamen de tunas, cobramos entrada, pero no con ánimo de lucro, sino tan sólo para sufragar el viaje y el alojamiento de los participantes, con lo que si la SGAE nos cobra por la representación en el teatro, acabamos perdiendo dinero“.


La SGAE siempre ha afirmado que tiene que cobrar por las obras que están protegidas por los derechos de autor, por lo que si cantan, en cambio, una adaptación de otro autor, deben pasar por caja. Entonces, ¿los karaokes?, ¿los artistas callejeros?, ¿nosotros en la ducha?…

Nuevas tecnologías para los mismos políticos

La fascinación por Obama y su campaña política no tiene límites. Pagar 250 euros de inscripción para asistir a un congreso en el que no hay una sola mesa para escribir tiene mérito. El auditorio de la torre Agbar de Barcelona se conviritió en la jaula de un buen puñado de entusiastas de Twitter, blogs y Facebook en clave política cuando pasadas dos horas la conexión wi-fi no podía dar servicio para todos y los enchufes de la sala era inexistentes.


Tras la charla de apertura en vídeo de Jordi Hereu, alcade de la ciudad anfitriona, hubo una sorpresa fuera de programa durante la primera parada técnica para el café: Josep Lluís Carod Rovira contó algunas experiencias de su partido y el independentismo catalán en Internet. Joe Rospars, Kate Albright-Hanna, Benoit Thieulin y Dominique Piotet expusieron las lecciones de campaña en el camino de Obama hacia la Casa Blanca. Previamente, Micah Sifry hizo algo tan de moda como meterse con los periódicos y su dejadez en labores de investigación. Tuvo acogida entre el público, pero no se observó un ápice de crítica hacia la clase política en el resto de su intervención.

La tarde estuvo dedicada a analizar los cambios de la organizaciones políticas y las nuevas vías de comunicación de los ciudadanos. Se certificó la importancia de Facebook y Twitter como emisores y difusores del mensaje. El marketing propagandístico 2.0 comienza a tener sus herramientas, entre las que MySpace ya no tiene cabida. Fueron varios ponentes los que certificaron su defunción como red social para crear tendencias. Desde Francia a Reino Unido pasando por Suecia o Irlanda los partidos políticos de la Vieja Europa relataron su compra de adwords en Google (compra mediante subasta a ciegas de palabras clave que aparecen en el buscador junto a los resultados), páginas en Facebook, y pocas ideas nuevas. Daba la sensación de estar ante la misma ponencia con diferentes presentadores. Era como si estuviesen todos los partidos probando las mismas recetas en diferentes países sin estudiar antes qué avances había hecho el vecino y con qué resultados.

De lo poco reseñable y novedoso en la jornada fue la exposición de Ernest Benach sobre las acciones del Parlament de Catalunya en la web 2.0 no sólo a la hora de emitir mensajes, sino también para escuchar a la ciudadanía. Destacó Paul Hilder, de la red de activismo social avaaz.org, explicando sus campañas de correo masivo para concienciar sobre la necesidad de la lucha contra el cambio climático o la de obtención de fondos para paliar los efecto del ciclón en Burma (Birmania). Antes de clausurar la jornada, Jack Thurston dejó un atisbo de esperanza en cuanto a transparencia política en Europa con la presentación de la web http://followthemoney.eu/.

En la misma se proporciona un seguimiento del dinero que cuestan las inversiones realizadas por la Unión Europea, su avance, costes y desarrollo. La pantalla del auditorio iba mostrando los mensajes generados en Twitter sobre cada una de las charlas, casi todos en inglés. Poco a poco entre los asistentes catalano e hispanoparlantes comenzó la rebelión, hasta se creó un canal paralelo en Twitter para salirse del guión y escribir las impresiones personales en el idioma que les apeteciese al margen de lo que hiciese la organización.

La llegada de Chrome SO, el sistema operativo de Google, no parece de momento inquietar a sus rivales. En un comunicado, Microsoft se limita a comentar que el programa de Google está en una primera fase de desarrollo y destaca la aprobación de los consumidores a la manera de trabajar de Windows, que mezcla los empleos en línea con los programas que residen en el ordenador. Chrome SO se basa casi exclusivamente en aplicaciones albergadas en Internet. Según el máximo responsable de Microsoft, Steve Ballmer, Windows 7 está obteniendo una acogida dos veces superior a cualquier versión anterior del sistema operativo de la compañía.

Por su parte, la fundación Mozilla, que mantiene el navegador Firefox, ha declarado que no van a dar un paso similar al de Google (saltar de su navegador Chrome a un sistema operativo basado en él). El foco de su trabajo continuará siendo Firefox y explorar las capacidades de la web en lugar "de construir nuestro propio sistema operativo y empujar a todos a nuestro propio mundo". La alusión de Mozilla a que Google pretende con Chrome dominar los servicios desde Internet, no es la única que ha aflorado tras la presentación ayer del sistema operativo de la compañía.

Cade Metz escribe en The Register que Google busca instalar una monocultura, la suya. Aunque en la web hay muchas aplicaciones accesibles al internauta, la delantera que lleva Google en este tema explica que lance un sistema operativo que no instala programas en el ordenador sino que lleva a emplearlos desde la Red. Google, por otra parte, ha anunciado que Chrome SO no se podrá descargar en cualquier ordenador . Sólo podrá disfrutarse comprando miniportátiles que ya lo lleven instalado. La empresa ha avisado que va a exigir a los fabricantes de hardware que quieran ofrecer Chrome SO determinadas especificaciones en sus máquinas. Ello conduce a Metz a encontrar paralelismos con la política comercial de Apple. La empresa de Jobs asocia su sistema operativo a las máquinas de su propia compañía. En el caso de Google, ésta no fabrica hardware pero sí que vincula estrechamente su sistema operativo a ordenadores cuyos fabricantes hayan acordado con ella las características de la máquina. "La última ironía está en que después de años de criticar a Microsoft por asociar su navegador a su sistema operativo, Google está cerca de hacer lo mismo". El sistema operativo Chrome se basa en el navegador del mismo nombre de Google y no ofrecerá otro.

Este favoritismo hacia el navegador Chrome, según algún experto, puede perjudicar la difusión del sistema operativo en mercados que no son el norteamericano, donde los internautas prefieren otros navegadores.

Charle LI, analista de Altimeter, ha declarado a Reuters, que el sistema operativo Chrome SO es básicamente un navegador. Los analistas señalan que, en la medida que Chrome SO introduce sustanciales diferencias con el manejo actualmente implantado de los ordenadores, su penetración en el mercado será más pausada. Ray Valdés, de Gartner, ha indicado a Reuters que la fórmula de Chrome SO limita mucho las capacidades off line del ordenador. Google ha explicado que Chrome SO permitirá determinadas funciones off line pero que está orientado a un uso conectado a Internet. "Si Google cumple sus promesas como, por ejemplo, una mayor velocidad de trabajo, entonces los consumidores podrán ver los portátiles equipados con Chrome SO como otra clase de producto con beneficios atractivos", afirma Valdés.

El mismo día que se presentaba Chrome SO, en Techcrunch recordaban la existencia de otro sistema operativo para miniportátiles, igualmente orientado a la web, Jolicloud.

El confundador de Google, Sergey Brin, no quiso el jueves comentar la capacidad que tendrá Chrome SO para erosionar el dominio de Microsoft en el mundo de los sistemas operativos. "Trátenos como hombres de negocio idiotas, pero lo que nos interesa son realmente las necesidades de los usuarios más que una estrategia pensada en relación con lo que hacen otras empresas". Mientras que Microsoft y otras compañías creen que el ordenador tradicional coexistirá con el empleo de programas instalados en Internet (cloud-computing), Google apuesta por reemplazar los programas que trabajan desde el ordenador por otros a los que se accede desde la Red con las ventajas que ello supone de tener siempre a punto las últimas actualizaciones y poder acceder a ellos desde cualquier máquina. Las ventajas del cloud-computing, sin embargo, chocan con la desconfianza de los consumidores a depositar sus datos en servidores ajenos y al poder que da a quien los alberga.

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