Multa a la SGAE por pedir el cierre de dos webs lícitas

lunes, 14 de diciembre de 2009

La SGAE se está labrando su propio futuro haciendo un uso casi exagerado de lo que ellos llaman proteger los derechos de los autores. En alguna ocasión los casos que remiten a los juzgados son cuanto menos inverosímiles, como cobrar en conciertos benéficos, o bien el último caso de cobrar a un peluquero por poner la radio con música. En esta ocasión el juez ha multado a la SGAE por proceder contra dos webs legítimas.

Hay que comentar que la multa es irrisoria, 500€, para las cantidades que la Sociedad General de Autores y Editores suele manejar pero es un comienzo para que la SGAE puede comenzar a medirse en los planteamientos y tácticas que lleva a cabo.

La SGAE solicitó el cierre cautelar de elitemula.com y etmusica.com, que permitían el intercambio gratuito de música y películas en Internet. La petición de cierre cautelar implica que ambas webs pierden el derecho a defenderse hasta que se celebre el juicio. La SGAE debe pagar una multa de 500€ porque “se desprende una intención de evitar el derecho de defensa de la parte contraria y la hace acreedora de la correspondiente sanción“.

Intestigadores de Stanfort desarrollan baterías de papel

BBC News ha informado de que científicos de la universidad de Stanfort están desarrollando baterías de papel. Según apunta, utilizan papel de copiar pintado con tinta hecha de nanotubos de carbono.
Una vez recubierto de esa tinta, el papel es sumergido en soluciones de litio y electrolitos para conseguir la reacción necesaria para generar corriente eléctrica en la batería. Con dicha reacción, el papel actúa como colector de carga eléctrica. Sin duda, un avance que podría reducir el peso de las baterías en un 20%, ya que normalmente están hechas con colectores metálicos.

Una niñera 'high tech' cuelga a los conductores

Para Dede Haskins, el móvil ha sido un compañero constante durante más de una década. Siempre se ha considerado una conductora precavida, y hasta utilizaba un manos libres para poder tener las dos manos en el volante.

Pero después de saltarse demasiadas salidas porque estaba distraída por una llamada de teléfono, Haskins decidió que era hora de ponerse dura consigo misma. Así que solicitó ZoomSafer, un servicio gratuito que utiliza los sensores GPS de su móvil para determinar si está yendo a una velocidad de coche y luego desactiva el móvil hasta que el automóvil se detiene.

"Realmente me encanta el móvil", comenta Haskins, consejera delegada de una empresa de software en Washington. "Pero sé que no estoy conduciendo de forma segura si lo uso al volante".

Es evidente que hay una solución más sencilla y sin ningún coste para limitar el uso del teléfono mientras se conduce: el botón de apagado. Pero eso les resulta difícil a muchas personas que se han vuelto adictas a sus aparatos. Así que las empresas de tecnología intentan resolver con más tecnología un problema causado por la tecnología.

Las soluciones reflejan respuestas claramente distintas a una pregunta sencilla: ¿hasta qué punto se puede fiar uno de los conductores?

Un grupo de empresas dan por sentado que algunas personas no tienen fuerza de voluntad y, por tanto, quieren un servicio que desactive automáticamente el móvil cuando van en un coche. Pero otras empresas creen que este hábito se puede hacer más seguro con la tecnología manos libres. Ford y Microsoft, por ejemplo, venden sistemas que se basan en comandos de voz para llamar.

Los aparatos manos libres son mucho más populares. Pero es la tecnología que bloquea los móviles la que ha llamado la atención de las grandes aseguradoras de coches. Esto se debe a que algunos estudios revelan que hablar por el móvil mientras se conduce es peligroso, incluso aunque el conductor utilice auriculares y tenga las dos manos en el volante. Una aseguradora ha llegado incluso a afir­mar que va a ofrecer descuentos a aquellos clientes que utilicen un servicio de bloqueo de llamadas.

Una serie de empresas de reciente creación, como ZoomSafer, Aegis Mobility y obdEdge, emplean sistemas que ponen restricciones a los móviles basándose en la señal GPS del teléfono, los datos del coche o las antenas de telefonía móvil cercanas. Cualquier llamada entrante se redirige al buzón de voz o a un mensaje en el que se explica que el propietario del teléfono está conduciendo. Se pueden hacer excepciones para algunos números.

Los pasajeros de los coches pueden esquivar dichos sistemas, pero en muchos casos, cuando lo hacen se envía automáticamente un correo electrónico al administrador de la cuenta (por ejemplo, un padre o el jefe), alertándole de que están utilizando el móvil.

Las empresas que quieren asegurarse de que sus conductores respetan las prohibiciones sobre el uso del móvil son un claro clien­te en potencia. Community Coffee, una empresa que tuesta y distribuye café de Baton Rouge, Luisiana, lleva tres años con una prohibición así en sus 400 camiones, y asegura que ha contribuido a reducir su tasa de accidentes en un 30%.

Empezó a probar un sistema de bloqueo de llamadas de obdEdge, llamado Cellcontrol, en agosto. ObdEdge cobra a las empresas 85 dólares, más unos 5 al mes, por cada vehículo equipado con Cellcontrol.

"Nos hemos dado cuenta de que teníamos que ir más allá de la educación y las normas", comenta Jamey Leblanc, el gestor de riesgo de Community Coffee. "Es algo que va en contra de la naturaleza humana, así que se necesita algo que funcione independientemente de ella".

De hecho, la adicción a los aparatos está creando una nueva industria de aparatos. "Si pudiéramos controlarnos, no necesitaríamos toda esta tecnología", explica Donald Powers, un socio directivo de obdEdge. Otras empresas insisten en que el hábito no es tan malo y se puede controlar empleando el reconocimiento de voz y las tecnologías de conversión de voz a texto en los coches.

Estos sistemas los suelen desarrollar y promover algunas de las marcas más importantes de electrónica y automóviles, así como grupos sectoriales con muchos recursos, como la Asociación de Electrónica de Consumo y el CTIA, el grupo del sector inalámbrico.

Ford y Microsoft, por ejemplo, aunaron fuerzas para desarrollar el sistema Sync, que utiliza comandos de voz para elegir un nombre de la agenda y llamarlo. También puede abrir mensajes de texto entrantes y leerlos en voz alta.

En 2008 se instalaron 918.000 sistemas manos libres en coches, según la Asociación de Electrónica de Consumo, que calcula que para finales de 2009, dicha cifra aumentará hasta los 1,6 millones.

"Estamos intentando coger lo que la gente está haciendo y hacerlo más seguro", afirma Doug Van-Dagens, el director del proyecto Sync de Ford. "La voz proporciona las opciones más seguras y mantiene los ojos del conductor en la carretera".

Estados Unidos ha iniciado conversaciones con Rusia y un comité de control de armas de la ONU para mejorar la seguridad en Internet y limitar el uso militar del ciberespacio, informa The New York Times. Washington y Moscú interpretan el diálogo de diferente manera, pero destaca que el mero hecho de que EEUU participe en él representa "un importante cambio de política", tras rechazar durante años los intentos de Rusia por tratar el asunto.


Funcionarios estadounidenses explican el cambio de política de EEUU con el argumento de que el Gobierno del presidente Barack Obama se ha dado cuenta de que muchos países desarrollan armas cibernéticas y que se requiere una nueva estrategia para prevenir una carrera armamentística internacional en este aspecto.

En los dos últimos años, se han multiplicado los ataques cibernéticos contra gobiernos y sistemas informáticos de empresas y actualmente se registran miles al día, señala el rotativo. Hackers nunca identificados han puesto en jaque al Pentágono y colocado en tela de juicio la seguridad de sus ordenadores, han robado secretos industriales y han espiado páginas web gubernamentales y corporativas, agrega. La Administración Obama inició en febrero pasado una revisión de la seguridad cibernética del país y está a punto de nombrar a un responsable para coordinar la política en esta materia.

El mes pasado, el general Vladislav Sherstyuk, subsecretario adjunto del Consejo de Seguridad de Rusia y ex encargado de la agencia de seguridad nacional de ese país, se reunió en Washington con representantes del ente equivalente de EEUU y de los departamentos de Estado, Defensa y Seguridad Nacional. El diario afirma que las dos partes avanzaron en superar algunas diferencias. Dos semanas después EEUU accedió en Ginebra a discutir sobre la seguridad y las armas cibernéticas con representantes del comité de la ONU para el desarme y la seguridad internacional.

Estados Unidos había insistido previamente en la necesidad de abordar estos asuntos en el comité sobre asuntos económicos. Rusia había alegado que los desafíos cada vez mayores que representan actividades militares para sistemas informáticos civiles pueden ser mejor abordados en el marco de un tratado internacional, similar a los pactos que han limitado la propagación de armas nucleares, químicas y biológicas.

Washington se resistió a hacerlo así, argumentando que era imposible trazar una línea diferenciadora entre el uso comercial y militar de software y hardware. Viktor Sokolov, subdirector del Instituto para la Seguridad de la Información de Moscú, dijo al diario que los rusos consideran que la posición estadounidense sobre seguridad cibernética ha cambiado notablemente en los últimos meses. "Hay movimiento", dijo, pues antes las negociaciones bilaterales sobre la materia se llevaban a cabo entre la agencia policial rusa, la Oficina de Operaciones Técnicas Especiales y la división de Internet del Ministerio del Interior, y el FBI estadounidense.

Sokolov describió esta ronda de conversaciones como el inicio de negociaciones entre Rusia y EEUU para alcanzar un posible tratado de desarme enfocado al ciberespacio, lo que Moscú quiere lograr desde hace mucho, pero que Washington rechaza.

En declaraciones al diario, un funcionario del Departamento de Estado, que pidió el anonimato, discrepó con Sokolov en la interpretación de las conversaciones. EEUU espera aprovechar las conversaciones para mejorar la cooperación internacional en la lucha luchar contra el crimen cibernético, dado que, a su juicio, esta estrategia permitiría también aumentar la defensa contra ataques cibernéticos militares.

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