Las redes sociales entran en política

lunes, 7 de septiembre de 2009


Los partidarios de la legalización de las drogas argumentan que su venta regulada conseguiría eliminar ese factor riesgo que resulta tan atractivo para algunos. La prohibición, sostienen, hace mucho más atractivas a estas sustancias. Los internautas creen que al restringir las redes sociales a menores, como propuso este jueves el Partido Popular en el Congreso , el efecto sería parecido. El PSOE, por su parte, critica que la participación de un chaval de hasta 17 años dependa del conocimiento de los padres.

La Asociación de Internautas lamenta que los populares planteasen limitar las redes sociales a los menores de 18 años en lugar de "universalizar el acceso a la banda ancha". Que se planteé la prohibición, discuten, "no es una buena idea" y supone "remar en dirección contrario.

En concreto, la iniciativa del PP es que los menores de 14 años no puedan participar en ninguna red social, como Facebook y Tuenti, y que a partir de esa edad y hasta los 18 no puedan ser miembros de éstas sin el conocimiento de sus padres. En un principio, el Partido Popular aseguro que exigiría consentimiento paterno para los jóvenes de entre 14 y 18 años y luego rectificó y aseguró que sería conocimiento.

"A nadie se le ocurriría que los menores de dieciocho años tuvieran que pedir permiso legal para comprarse un libro, ir al cine o abrirse una cuenta de correo electrónico", opina la portavoz del grupo parlamentario socialista para la Sociedad de la Información, Lourdes Muñoz. Para el PSOE, las redes sociales son un "espacio lleno de oportunidades y de posibilidades de relaciones" y abogan por "educar en vez de prohibir".

"Técnicamente muy difícil"

El Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, asegura que la propuesta del Partido Popular es "loable", aunque "técnicamente muy difícil, a corto plazo", de implementar. Canalda considera que es complicado "ponerle puertas al campo": muchos menores que entran en estos espacios en Internet no dicen la verdad sobre su edad cuando se lo preguntan.

Difícil, pero no imposible. Desde abril, la red social española Tuenti, muy popular entre los internautas más jóvenes, no acepta a usuarios menores de 14 años. En caso de sospecha, el portal exige una fotocopia del DNI. La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha apuntado que en casi un 90% de los casos dudosos los menores no han aportado la documentación necesaria y sus perfiles han sido borrados.

El director de Comunicación de la red social, Icaro Moyano, opina que debatir sobre la protección del menor va a dar tranquilidad "a todos". Moyano comparte la preocupación del PP sobre el uso indebido de las redes, pero considera que para generar un debate productivo, es necesario "mantener un diálogo a muchas voces" e incorporar a la Comisión Europea y a la AEPD.

En conflicto con la legislación

En respuesta a la iniciativa del PP, el director de la AEPD, Artemi Rallo, alerta de que "chocará" con la actual legislación. El primer obstáculo que tendrán que superar los populares, según Rallo, será el de la configuración de los espacios virtuales. Muchas redes sociales están destinadas precisamente a menores, por lo que su expulsión se antoja complicada. Por otra parte, asegura que el requisito de obtener la autorización de los padres no es compatible con el reglamento de Protección de Datos. Un menor, "en términos de derecho civil, puede darse de alta en una red social, emanciparse o comprarse una casa", recuerda el director de la AEPD.

La música de los videojuegos llega a las grandes orquestas


La orquesta sinfónica afina sus instrumentos, la luz se atenúa. Sobre una pantalla gigantesca aparece el venerable marciano de Space Invaders, llegado en blanco y negro por un túnel del tiempo de 30 años. Un jugador elegido aleatoriamente entre el público disputa una partida, las filas de invasores comienzan a descender, mientras la orquesta atrona con una versión de las machaconas musiquillas del juego original, acelerándola a medida que lo hace la propia ofensiva marciana...

La escena puede presenciarse en cualquiera de los conciertos de la gira Video Games Live, un espectáculo organizado por miembros de la comunidad de compositores de bandas sonoras para videojuegos, financiado por las empresas, y en el que orquestas de prestigio -la primera fue la Filarmónica de Los Ángeles, en 2004- interpretan temas extraídos de las bandas sonoras de populares videojuegos. Es una de las últimas expresiones del creciente culto por las bandas sonoras incorporadas al software recreativo. Existe una decena larga de compositores que cobran cifras importantes por sus trabajos, son seguidos por miles de aficionados en todo el mundo y publican sus composiciones fuera del formato videojuego.

El fenómeno nació en Japón. El acompañamiento musical de los juegos primitivos era apenas una codificación informática, monocorde, de algún tema popular o unos acordes repetitivos. Con el desarrollo de las primitivas consolas, músicos como Koji Kondo -célebre por las series Zelda y Super Mario-, Nobuo Uematsu -Final Fantasy- o Kiochi Sugiyama -Dragon Quest- empezaron a desarrollar un estilo propio para los videojuegos.

Sugiyama fue el primero que tuvo la osadía de sacar su trabajo del entorno de los juegos. Ya en 1986 publicó un primer disco con la Filarmónica del Londres que adaptaba sus trabajos.

Para 1994, la aparición de la PlayStation ya había llevado la calidad de sonido del formato CD a los juegos y en 2003 se ofrecía el primer concierto sinfónico exclusivamente con este tipo de música, a cargo de la Orquesta Sinfónica de la República Checa.

Ese mismo año nacería en Australia la primera orquesta exclusivamente dedicada a este campo, la Eminence Symphony Orchestra, que ha publicado cuatro álbumes. En los últimos tiempos, algunos lanzamientos incluyen en Japón, de forma destacada, el nombre del compositor original. Y no pueden olvidarse las bandas sonoras integradas por canciones creadas originalmente -o no- para el juego.

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