Apple presentó ayer la nueva versión, la cuarta, de su teléfono iPhone, que se pondrá a la venta en Estados Unidos el 24 de junio y también en Francia, Alemania, Reino Unido y Japón. En julio llegará a España y a otros países de Europa como Bélgica, Italia y Suecia. En una esperada comparecencia pública en San Francisco (California), el consejero delegado de la empresa, Steve Jobs, exhibió lo que denominó el "teléfono inteligente más delgado del mundo", un artilugio dotado de una avanzada tecnología y un diseño totalmente renovado.
El nuevo sistema operativo del teléfono de Apple permite simultanear la ejecución de más de una aplicación a la vez, algo imposible hasta la fecha. Además, admite la edición de vídeos en el mismo teléfono, a través del programa iMovie, e incorpora en él la librería de iBooks, comercializada inicialmente a través de la tableta iPad, lo que hace del iPhone un dispositivo, también, de lectura de libros. Ese software también se podrá instalar libremente, además, en los modelos 3G y 3GS de los usuarios que ya tengan un iPhone, a partir del 21 de junio. Apple dejará de fabricar el modelo 3G y solo mantendrá el 3GS de 8 gigas.
A pesar del secretismo habitual de Apple a la hora de desvelar sus nuevos productos , la presentación del iPhone 4 ha sido la estrategia comercial más accidentada de la historia reciente de la empresa. Por primera vez, un producto vio la luz antes de que lo presentara Jobs. Todo, por el fatal descuido de un ingeniero y la compra del prototipo por parte de la página web especializada Gizmodo.
El 19 de abril, Gizmodo anunció que había comprado un prototipo de iPhone 4 por 5.000 dólares (4.200 euros) y publicó fotos del modelo en su web. Los abogados de Apple exigieron que les fuera devuelto y Gizmodo cumplió. A los tres días de la publicación, agentes de la policía federal y estatal de California registraron la casa de Jason Chen, autor del artículo publicado en Gizmodo. Le requisaron diversos ordenadores y dispositivos electrónicos.
Gizmodo reveló a los agentes que le había pagado el dinero a un tal Brian Hogan, que a su vez dijo que se había encontrado el teléfono en un bar de Silicon Valley, donde lo había dejado un ingeniero el día que celebraba su 27 cumpleaños. Apple, sin embargo, tiene otra versión.