El Consejo de Europa pide prohibir los aparatos ultrasónicos que ahuyentan a jóvenes

lunes, 28 de junio de 2010

Los miembros de la asamblea del Consejo de Europa se han puesto hoy en la piel de los menores de 20 o 25 años, y decidieron que echarlos de un sitio usando sonidos que para los adultos resultan inaudibles es "discriminatorio", "degradante" y "ofensivo", aparte de probablemente dañino. Por eso votaron unánimemente a favor de que se prohíban los dispositivos denominados Mosquito, unos aparatos que emiten un "irritante" ruido de una frecuencia que solo los oídos de los más jóvenes pueden captar.
Los sistemas, que funcionan como un ahuyentador de insectos o plagas, fueron aprobados hace dos años en Reino Unido, que es el país que más ha instalado (unos 3.000, según el informe del parlamentario polaco Piotr Walch, del Grupo Popular). También los hay, al menos, en Holanda, Bégica, Suiza, Francia, Irlanda y Alemania. Pero ningún país de los 47 que forman el Consejo de Europa los ha prohibido, e incluso la Comisión Europea descartó hacerlo en 2008.
El mecanismo del aparato, que cuesta unos 600 euros, es sencillo: emite un ruido a una frecuencia de 16 a 18,5 kilohercios que solo los oídos de los más jóvenes pueden percibir. El resultado es que abandonan las proximidades del centro comercial, del parque o de la tienda que decide instalarlos.

Para los parlamentarios de todos los grupos, este sistema es doblemente discriminatorio: primero, porque solo actúa por edad, y, segundo, porque no distingue entre quienes se reúnen tranquilamente y los que lo hacen para montar bulla y molestar. Además, es inútil, porque sólo consigue que los alborotadores se vayan a otro sitio, no que cambien su conducta. Y atenta contra los derechos humanos, como el de reunión.
"Los jóvenes se sienten ofendidos y victimizados", dijo el ponente Walch. Además, también afecta a niños pequeños, bebés incluidos, aunque faltan estudios para determinar su nocividad. El aparato fue calificado de "arma sonora" por Cecilia Keaveney (Irlanda, Liberal-Demócrata).
La española Blanca Fernández-Capel (PP) aprobó, como todos, la prohibición. "Es cazar moscas a cañonazos. Y un reflejo de esta Europa envejecida que tiende a protegerse de los jóvenes. Decisiones como esta justifican la existencia del Consejo de Europa", dijo.

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