La revolución que se escapa

jueves, 6 de mayo de 2010

En estos momentos la telefonía móvil recuerda muchísimo a la informática en los años 70. Hay un mercado a punto de explotar y nuevas posibilidades para empresas que ahora mismo están vendiendo ordenadores y netbooks con un margen de beneficios que da risa. Eche un vistazo a la distribución de ingresos, por ejemplo, de Apple. Resulta que casi saca más dinero vendiendo iPhones a las operadoras que Macs, y eso que es uno de los pocos fabricantes que aún mantiene un margen de beneficios considerable en cada ordenador que vende.
Detrás de la compra de Palm por parte de HP hay algo de esto. El PC ya está ordeñado. No va a desaparecer, evidentemente, pero como negocio se ha convertido en un mercado maduro y bastante aburrido. Los jugadores tradicionales corren el riesgo de volverse irrelevantes, de ahí que Microsoft esté girando (muy lentamente) hacia la telefonía y que en Intel anden preocupados con una revolución que se les escapa.
Intel es una compañía acostumbrada a ganar. Cuando comenzó la revolución de la informática doméstica ganó con el Pentium. Cuando el ordenador comenzó a hacerse portátil se sacó de la chistera la plataforma Centrino, una de las ideas de negocio más interesantes de los últimos años. La compañía pasó de vender procesadores a vender “plataformas”, es decir, procesadores más placas base y tarjetas gráficas.

De repente vino la fiebre  de los portátiles low cost y, en sólo seis meses, en Santa Clara trazaron el plan de ataque. Boom. Atom se convirtió en la plataforma estándar para este tipo de máquinas y de paso Intel bautizó esta nueva categoría de productos. “Esto se llama netbook. No lo he inventado yo, pero vamos a hacer como que sí”. Y de hecho así ha sido. Hoy en día es imposible pensar en el mercado del netbook sin la ayuda de Atom.
Pero el móvil…. ay, el móvil. Intel lo intentó en el año 2006, pero decidió vender su estrategia –Xscale- a Marvell. La compañía apostó por un futuro centrado en el PC y en el que el teléfono acabaría heredando la arquitectura de portátiles y sobremesas. No contó con el rápido desarrollo del smartphone y el mercado de las aplicaciones. Para Intel había un paso intermedio, el de los dispositivos de Internet móviles o MIDs, que al final ha resultado ser un fracaso.
Peor aún, el móvil, generalmente centrado en arquitectura ARM, empieza a crecer hacia las tabletas. Hay sospechas de que Slate, la tableta de HP, ha vuelto al tablero de diseño y que, si llega al mercado, lo hará sin Windows 7 y sin Atom. El mercado no quiere encoger más el portátil, lo que quiere es agrandar el teléfono.
Intel está tratando de tunear sus procesadores para llevarlos a la telefonía móvil pero por ahora con poco éxito. LG canceló hace dos semanas el único teléfono anunciado este año con Atom, el GW990.
Ayer la compañía presentó una nueva gama de procesadores Atom, la Z6, pensados para teléfonos pero en la presentación no había rastro de fabricantes, con la excepción de Aava, una empresa americana especializada en el mercado OEM –es decir, que venden a otras marcas para que pongan su logo-. Intel tiene una alianza estratégica con Nokia en el terreno de la telefonía, pero por ahora en Finlandia los procesadores siguen viniendo de otras fuentes.
El nuevo Z6 parece tener un consumo similar al de los procesadores ARM y permite a los teléfonos reproducir vídeo durante cinco o seis horas, pero con más potencia que ARM. Estará disponible en la segunda mitad del año, lo que significa que probablemente los primeros móviles no estarán listos hasta 2011. En Santa Clara cruzan los dedos, imagino, para que no sea demasiado tarde.

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