La llamada informática verde se impone. En enero se abrirá en Helsinki, debajo de la catedral de la capital finlandesa, un centro de datos. El calor que generarán los ordenadores de esta gran instalación será capturado y se canalizará para calentar el agua que suministra calefacción a parte de la ciudad. Es perfectamente posible que una considerable proporción de la calefacción que necesita la ciudad sea generada por la energía termal de cientos de ordenadores, ha comentado Juha Sipila, responsable de energía de la ciudad.
El nuevo centro de datos de una compañía local, Academica, es un paso más en el camino de una informática verde. Estas soluciones son fundamentales dado el importante crecimiento de este tipo de centros para servir la llamada informática en la nube. El contrato de estos servicios de computación externos puede suponer a las grandes compañías un ahorro de un 30% en su factura energética.
Centros de datos como el que mantiene Google absorben el uno por ciento de la energía que se produce en el planeta y su demanda crece. Un gasto que se dedica tanto a suministrar energía a los ordenadores como a mantener el servicio de refrigeración que exigen. De hecho, actualmente, estos grandes centros informáticos emiten un tercio del dióxido de carbono que lanzan a la atmósfera los aviones, pero este porcentaje crecerá exponencialmente.
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